martes, 17 de abril de 2012

La educación es el camino


Palabras de José Mújica, presidente de Uruguay, pronunciadas en un discurso en favor de la Educación
                              
En esta vida, no se trata sólo de producir: también hay que disfrutar. Ustedes saben mejor que nadie que en el conocimiento y la cultura no sólo hay esfuerzo sino también placer. Dicen que la gente que trota por la rambla, llega un punto en el que entra en una especie de éxtasis donde ya no existe el cansancio y sólo queda el placer. Creo que con el conocimiento y la cultura pasa lo mismo.Llega un punto donde estudiar, o investigar, o aprender, ya no es un esfuerzo y es puro disfrute. ¡Qué bueno sería que estos manjares estuvieran a disposición de mucha gente!
Qué bueno sería, si en la canasta de la calidad de la vida que el Uruguay puede ofrecer a su gente, hubiera una buena cantidad de consumos intelectuales. No porque sea elegante sino porque es placentero. Porque se disfruta, con la misma intensidad con la que se puede disfrutar un plato de tallarines.
¡No hay una lista obligatoria de las cosas que nos hacen felices! Algunos pueden pensar que el mundo ideal es un lugar repleto de shopping centers. En ese mundo la gente es feliz porque todos pueden salir llenos de bolsas de ropa nueva y de cajas de electrodomésticos. No tengo nada contra esa visión, sólo digo que no es la única posible. Digo que también podemos pensar en un país donde la gente elige arreglar las cosas en lugar de tirarlas, elige un auto chico en lugar de un auto grande, elige abrigarse en lugar de subir la calefacción.
Despilfarrar no es lo que hacen las sociedades más maduras. Vayan a Holanda y vean las ciudades repletas de bicicletas. Allí se van a dar cuenta de que el consumismo no es la elección de la verdadera aristocracia de la humanidad. Es la elección de los noveleros y los frívolos. Los holandeses andan en bicicleta, las usan para ir a trabajar pero también para ir a los conciertos o a los parques. Porque han llegado a un nivel en el que su felicidad cotidiana se alimenta tanto de consumos materiales como intelectuales. Así que amigos, vayan y contagien el placer por el conocimiento. En paralelo, mi modesta contribución va a ser tratar de que los uruguayos anden de bicicleteada en bicicleteada.
Y amigos, el puente entre este hoy y ese mañana que queremos tiene un nombre y se llama educación. Y mire que es un puente largo y difícil de cruzar. Porque una cosa es la retórica de la educación y otra cosa es que nos decidamos a hacer los sacrificios que implica lanzar un gran esfuerzo educativo y sostenerlo en el tiempo. Las inversiones en educación son de rendimiento lento, no le lucen a ningún gobierno, movilizan resistencias y obligan a postergar otras demandas. Pero hay que hacerlo. Se lo debemos a nuestros hijos y nietos. Y hay que hacerlo ahora, cuando todavía está fresco el milagro tecnológico de Internet y se abren oportunidades nunca vistas de acceso al conocimiento.
Yo me crié con la radio, vi nacer la televisión, después la televisión en colores, después las transmisiones por satélite. Después resultó que en mi televisor aparecían cuarenta canales, incluidos los que trasmitían en directo desde Estados Unidos, España e Italia. Después los celulares y después la computadora, que al principio sólo servía para procesar números.Cada una de esas veces, me quedé con la boca abierta. Pero ahora con Internet se me agotó la capacidad de sorpresa. Me siento como aquellos humanos que vieron una rueda por primera vez. O como los que vieron el fuego por primera vez. Uno siente que le tocó en suerte vivir un hito en la historia.
Se están abriendo las puertas de todas las bibliotecas y de todos los museos; van a estar a disposición, todas las revistas científicas y todos los libros del mundo. Y probablemente todas las películas y todas las músicas del mundo. Es abrumador.
Por eso necesitamos que todos los uruguayos y sobre todo los uruguayitos sepan nadar en ese torrente. Hay que subirse a esa corriente y navegar en ella como pez en el agua. Lo conseguiremos si está sólida esa matriz intelectual de la que hablábamos antes. Si nuestros chiquilines saben razonar en orden y saben hacerse las preguntas que valen la pena.

Es como una carrera en dos pistas, allá arriba en el mundo el océano de información, acá abajo preparándonos para la navegación trasatlántica. Escuelas de tiempo completo, facultades en el interior, enseñanza terciaria masificada. Y probablemente, inglés desde el preescolar en la enseñanza pública. Porque el inglés no es el idioma que hablan los yanquis, es el idioma con el que los chinos se entienden con el mundo. No podemos estar afuera. No podemos dejar afuera a nuestros chiquilines. Esas son las herramientas que nos habilitan a interactuar con la explosión universal del conocimiento.Este mundo nuevo no nos simplifica la vida, nos la complica..Nos obliga a ir más lejos y más hondo en la educación.
No hay tarea más grande delante de nosotros "La única lucha que se pierde, es la que se abandona. Hasta la victoria siempre !!!

Nota: Subida desde Proyecto Horizonte www.educacionsinfronteras.org

domingo, 15 de abril de 2012

Emociones de colores

                                                                           
                                                 
Un curioso test a escala global

¿Un diseñador aprecia los colores igual que cualquier otro profesional? ¿Y un joven respecto a una persona mayor? La respuesta es no, según un experimento desarrollado en ocho países. Los resultados muestran que la nacionalidad, el sexo, la edad y la formación del observador influyen a la hora de combinar colores, una información de interés para las campañas de marketing.
  
El rojo estimula y despierta la pasión en occidente, además de advertir del peligro desde las señales de tráfico. Sin embargo, en China es el símbolo de la buena suerte, el color de los trajes de los antiguos emperadores, y los habitantes de aquel país son felices cuando reciben un sobre rojo en el Año Nuevo Chino.
Aún así, un español y un chino probablemente coincidirán en que el rojo es un color cálido. Es lo que demuestran los ensayos que durante años ha realizado el investigador Li-Chen Ou en el departamento de Ciencia del Color de la Universidad de Leeds (Reino Unido), y que plantea en su web World of colour emotion. Aquí se muestra, por ejemplo, que el 90% de los encuestados asocian el rojo con un calor cálido, mientras que el porcentaje se reduce al 60% cuando se les pregunta por el amarillo.
Para profundizar sobre este asunto, un equipo de investigadores dirigido por Ou se ha coordinado para conocer las emociones que sienten las personas ante los colores. El experimento se ha realizado en España, Francia, Alemania, Reino Unido, Suecia, Irán, Taiwán y Argentina, y parte de los resultados se publican en el mes de febrero en la revista Color Research and Application.
Las pruebas consistieron en plantear ante un monitor, convenientemente calibrado y en iguales condiciones en todos los países, tres ejercicios diferentes a grupos de observadores de distinta edad, sexo y ocupación. En la primera sesión se presentaban unos 70 colores individuales, en la segunda 190 combinaciones de dos colores –ambas sobre fondo gris–, y en la tercera colecciones de dos colores dispuestos en la vestimenta de una mujer mediante fotos con ropa de primavera, verano, otoño e invierno.
Debajo de cada combinación aparecía una escala numérica para que los observadores valoraran sus sensaciones mediante adjetivos opuestos, como frío-cálido, moderno-anticuado, armonioso-disonante o me gusta-desagrada.
De momento se han publicado los resultados de la segunda sesión sobre combinación dos colores, pero los datos ya revelan resultados interesantes, según explica Rafael Huertas, profesor de la Universidad de Granada y responsable del experimento en España.


Las mujeres prefieren los claros y los argentinos los pasivos

“Las mujeres prefieren los colores más claros y con menor croma, término equivalente a saturación o pureza: lo verde que es un verde, o azul un azul”, comenta el investigador. “También parece que las personas mayores prefieren la combinación de colores claros, aunque en este caso con croma alto, respecto a los jóvenes”.
El profesor reconoce que no tienen una explicación clara para las diferencias por sexo, aunque sí para el caso de la edad: “Con los años se va perdiendo intensidad en la percepción de los colores, por lo que es lógico que se prefieran colores más intensos en croma y claridad”.
El experimento constata que los observadores con experiencia en diseño prefieren los tonos pastel.
Además, la formación o background profesional parece influir en la elección de los colores. El experimento ha constatado que los individuos con alguna experiencia en diseño –estudiantes o profesionales de arquitectura, diseño gráfico o moda, por ejemplo– prefieren los colores menos saturados, es decir, los tonos pastel, así como los pares con un tono parecido. “Sus preferencias se inclinan por las combinaciones más armoniosas”, aclara Huertas.

Desde Argentina, otro de los autores del estudio, el profesor José Luis Caivano, de la Universidad de Buenos Aires, informa a SINC que los observadores de aquel país se han diferenciado del resto al optar por los colores ‘pasivos’ en la escala me gusta-desagrada.

“Los colores pasivos son los cercanos al gris, sobre todo colores fríos, de tonalidad azulada o verde-azulada, pero de baja saturación, agrisados”, explica Caivano, que también señala la coincidencia de los grupos argentino y español en la preferencia por las combinaciones de colores fríos. Los participantes de los otros países eligieron colores más cálidos.


Colores para vender mejor el producto

El investigador argentino destaca la importancia de este tipo de estudios en el marketing comercial: “Saber qué combinaciones de color prefiere o no un tipo de clientes puede ayudar a venderles mejor el producto”.

Conocer la emoción ante los colores puede ayudar a relacionar colores con conceptos. “Por ejemplo, una aspiradora se asocia a ‘limpieza’, ‘eficiencia’ y ‘practicidad’. Si supiéramos que colores representan estas características, tendríamos una herramienta más que utilizar”, dice Caivano.

Estos trabajos también se pueden aplicar al diseño de interiores, cuya combinación de colores afecta a los ocupantes, así como en test y tratamientos psicológicos, en ambientes hospitalarios, en escuelas y dispositivos de aprendizaje y en la presentación de la información a través de infografías.
  
“La diferencia que plantean este tipo de estudios es que se basan en experimentos y utilizan herramientas estadísticas que ofrecen resultados lo más objetivos posibles, y no lo dejan a la simple intuición, o a cuestiones de sentido común, o a conceptos que se repiten (el color rojo es estimulante) sin saber en qué se basan esas apreciaciones”, destaca Caivano.
  
La investigación plantea una nueva teoría sobre la emoción de los colores, con sensaciones reactivas y reflexivas

Aún así los investigadores reconocen que hay que seguir haciendo más estudios. Los grupos de observadores de este test han sido alrededor de 22 en cada país, “una muestra suficiente para sacar conclusiones y aceptada por la comunidad científica”, pero los resultados no acaban de dar una respuesta definitiva. Los datos coinciden con los facilitados por algunos trabajos anteriores pero difieren de los de otros.

Lo que sí plantea la investigación es una nueva teoría sobre la emoción de los colores. Teniendo en cuenta que la respuesta a las variables cálido-frío, pesado-ligero y activo-pasivo fue similar en todos los grupos, el estudio desarrolla un modelo en el que estos tres pares de sensaciones se clasifican dentro de un nivel denominado ‘reactivo’, es decir, emociones por las que todo el mundo siente lo mismo, como el frío y el calor.


Por el contrario, el par me gusta-disgusta formaría parte de un nivel ‘reflexivo’, propio de cada observador, como el hecho de sentir pena o alegría ante un mismo hecho. Este tipo de emociones es el que está más relacionado con la cultura, como la diferente interpretación del color rojo.

Localización: Internacional
Fuente: SINC


Nota: Gentileza de GAC (Grupo Argentino del Color)